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Gadafi, el panafricanismo que no queremos

Muhamar al Gadafi alzando el puño panafricanista

Libia parece hallarse al borde de una guerra civil. El ejército podría haber asesinado a más de 200 personas desde que el descontento estallara en un claro contagio de las revueltas egipcias. Grupos opositores han tomado la ciudad de Bengasi. El hijo de Muhamar al Gadafi, Seif el Islam, que se perfilaba como sucesor dinástico de la dictadura libia ha afirmado en la televisión estatal que el país corre serio riesgo de entrar en una guerra civil que se tranformaría en una guerra por los recursos energéticos en la que intervendrían las potencias occidentales. En este sentido Francia ha advertido por boca del portavoz gubernamental François Bairon que la situación en Libia "puede llevar a una guerra civil extremadamente violenta y larga". Esta idea de la Guerra Civil se basa en el concepto que se tiene acerca de la lealtad del Ejército de Gadafi hacia su líder, sin embargo me permito dudar ampliamente de esta supuesta lealtad.

Desde la muerte del Egipcio Gamal Abdel Nasser, ningún otro líder norteafricano ha mostrado tanta afinidad hacia las ideas panafricanistas de integración regional. El aislamiento propiciado por Estados Unidos en los años 80 por el apoyo de Gadafi a organizaciones terroristas internacionales, sobre todo tras el brutal bombardeo de Tripoli y Bengasi en 1986 ordenado por Ronald Reagan, hizo que el lider libio se volviese hacia África como socio y aliado preferente frente a un mundo Árabe fragmentado por tendencias encontradas. En las últimas décadas Gadafi ha rebajado su beligerancia anti-occidental al tiempo que ha impulsado numerosas iniciativas de promoción del panafricanismo como la idea de los Estados Unidos de África siendo determinante en la tranformación de la antigua Organización para la Unidad Africana en Unión Africana con un parlamento africano. El petróleo y el gas han permitido que Libia haya sido uno de los países africanos con mayor nivel de vida. Sin embargo el autoritarismo interno de Gadafi ha ahogado toda posibilidad de avance en el terreno de las libertades democráticas y los Derechos Humanos, por otra parte el líder libio también ha sido uno de los promotores de algunos de los más terribles conflictos y dictaduras en África, entre ellos el régimen de Idi Amín Dadá o los conflictos habidos en Chad, Sierra Leona y Liberia.

Firme defensor de la cultura y las tradiciones africanas, incluso cuando estas entraban en colisión con el arabismo y con el propio Islam, en su momento sinceramente preocupado por elevar los estándares de vida de los libios, unido todo ello a su beligerante discurso en contra del neocolonialismo, Muhamar al Gadafi se había hecho acreedor de las simpatías de gran número de panafricanistas en todo el mundo. Sin embargo, los que somos demócratas, antes que cualquier cosa, siempre observamos con desasosiego que un dictador "sui géneris" de estas carácterísticas fuese el altavoz de unos ideales que sentimos son incompatibles con la tiranía en todas sus formas. Si Libia cae, es evidente que el régimen que resulte será mucho más panarabista que panafricanista, y de hecho se perderá el mayor frente de apoyo y financiación a la causa panafricana. Tal vez, lamentablemente esto acabe por sentenciar la división del continente entre África árabe y África "negra". Sin embargo no cabe duda que para muchos será un alivio librarse de la frase: "¿panafricanista? ah sí, como Gadafi", porque ese no es el Panafricanismo* que queremos.

Por: Antumi Toasijé

* El Panafricanismo con mayúscula inicial es el movimiento político y social de hermanamiento africano de base, el panafricanismo con minúscula inicial es el conjunto de estrategias de integración política e institucional promovidas por las élites.


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Antumi Toasijé

Antumi Toasijé
Doctor en Historia, Cultura y Pensamiento

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