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Wifredo Lam en el Museo Reina Sofía

El pasado lunes, 15 de agosto finalizó la exposición del artista cubano Wifredo Lam (nacido en Sagua la Grande, Cuba, 1902) que tuvo lugar durante el 6 de abril hasta dicha fecha en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Wifredo Lam


La exposición reunía cerca de doscientas obras del artista, así como numerosos documentos, fotografías y films inéditos, realizados durante algunos viajes anuales de la familia a Egipto, India, Nepal, Grecia, Tailandia, Kenia, etc. Estos materiales, han sido cedidos por su hijo mayor de su segundo matrimonio, Eskil Lam, ya que Wifredo siempre fue un entusiasta de las nuevas tecnologías audiovisuales de su época. Se equipó con aparatos fotográficos de la mejor calidad técnica, con cámaras mecánicas y eléctricas, y, durante los años setenta fue uno de los primeros en utilizar el magnetoscopio VHS.

Wifredo Lam nació el 8 de diciembre de 1902 en Segua la Grande, un centro azucarero situado al norte de la costa cubana. Su nombre real fue Wilfredo Óscar de la Concepción Lam y Castilla, nombre que eligió su hermana mayor, Angustias, tras haber leído una novela cuyo protagonista tenía ese mismo nombre.

Era el hijo menor de una numerosa familia, su madre Ana Serafina Castilla era descendiente de una familia de personas deportadas y esclavizadas proveniente de África así como de españoles. Su padre, Enrique Lam-Yam, era originario de Cantón (China) y quien dominaba perfectamente la caligrafía, por lo que en ocasiones ejercía como escritor público para sus compatriotas.

Lam descansando ante una de sus obras


Debido a los problemas raciales de la época, Ana Serafina decidió poner el apellido Castilla a todos sus hijos, obviando así los apellidos del padre Lam Yam, quien no sintió que tuviera la potestad suficiente para negarse a ello. Pero Wifredo obtuvo la doble nacionalidad, debido a que después de su nacimiento las leyes cubanas habían sufrido una modificación que afectó sólo al menor de la familia. A pesar de todo ésto, a los veintiún años, él mismo decide abandonar la nacionalidad china y permanecer sólo con la cubana.

Con éstas dos raíces y a pesar de que la mayor parte de su infancia la pasó rodeado de las amistades de su padre, casi todos provenientes de oriente, Wifredo siempre se consideró cubano resaltando más en sus obras sus ancestros africanos. Aquí tuvo un importante papel su tía materna María Antoñica Wilson y sus hermanas, ya que eran practicantes de la religión Lucumí, que tiene su origen en la nación Yorubá proveniente de la actual Nigeria.

Lam elaborando una de sus obras

Quizás estos orígenes multiculturales influyeron en de algún modo para que Wifredo se convirtiese en el nexo de unión entre las vanguardias internacionales, puente entre Europa y América. La modernidad de su obra es irreductible a un origen cualquiera, sea éste geográfico o cultural. 

Mujeres (Las bailarinas y el tocador de guitarra), 1925

Judío (Indio con búho), 1925

Sol (Chino sentado con abanico en la mano), 1925

Durante 1920, Wifredo finaliza sus estudios en en La Habana para luego marchar a Europa y seguir formándose en la Academia de las Bellas Artes de Madrid (a partir de 1923). Fue en este momento cuando se dio cuenta de que en el registro civil figuraba con el apellido de su padre, pues hasta entonces, había firmado todas sus obras como Wilfredo Castilla, pero a partir de ahora comenzaría a hacerlo como Wilfredo Lam, y más adelante, una vez instalado completamente en Madrid,  eliminará la "l" de su nombre debido a que sus amistades y conocidos españoles así pronunciaban su nombre.

Si en algo destaca sus obras es en la evolución que sufren durante sus diferentes viajes y hazañas, pues al salir de la isla cubana Wifredo se maravilló del arte que se daba en Europa (en ciudades como Francia, Italia, Alemania y España). Adentrandole poco a poco en un paradigma de arte moderno visto desde una perspectiva de intercambios culturales. Se volcó por los dramas de su siglo y realizó una obra que apuntaba a lo universal, transportando una mirada distinta sobre el mundo post-colonial.

Sus primeras obras destacan por exponer un estilo clásico, parecido al de los maestros del Museo del Prado. Aunque, irá sustituyendo gradualmente esa corriente clásica por las de las vanguardias, gracias a los expresionistas alemanes como Gauguin, pero sobre todo a Gris, Miró, Matisse y el malagueño Picasso (que muy pronto se convertiría en su amigo y apoyo), a quienes descubre en 1929.

Para Lam, Picasso fue uno de sus grandes mentores

Wifredo Lam y Pablo Picasso


Lam al relacionarse con los artistas europeos de su tiempo depura las formas, elimina los efectos de la perspectiva y rellena de colores planos grandes superficies de papel, desarrollando cada vez más su propio estilo artístico. Siendo especialmente sensible a las desigualdades económicas y sociales que le recuerdan a su país de origen, retrata diversos rostros de campesinos españoles.

"Campesina castellana" (1927)

Retrato a una mujer 1939


En 1932 Wifredo sufrió la desgraciada muerte de su mujer Eva Piriz y su hijo con la edad de un año a causa de la tuberculosis. Éste hecho le provocó una profunda herida que se traduce en su obra, llevándole asimismo a un mayor compromiso social, involucrándose en favor de las fuerzas republicanas durante la Guerra Civil Española. Sus obras españolas son un testimonio desgarrador de esos años de aprendizaje, precariedad y de lucha que finalizaron en 1938, cuando parte precipitadamente a París, antes de la victoria definitiva del ejército franquista en España.

Fotografías de Wifredo con su primera mujer y junto con sus obras en su casa 


Escena de la Guerra Civil Española

Tras su llegada a París, Lam queda impresionado por la gran influencia de la estatuaria africana sobre el arte,  reivindicada por las vanguardias. Así, sus retratos, empiezan a convertirse en auténticas máscaras geometrizadas expresando el dolor interior que le invade tras su reciente exilio y la pérdida de sus familiares más cercanos.

Retrato de una mujer a sus inicios


Autoretrato II, 1938

La aportación del arte del Egipto antiguo y de las Cícladas se fusionan con el impacto del cubismo y del conocimiento de las artes de África, descubiertas en el Musée de l'Homme gracias a Pablo Picasso y en el taller de éste. Pero en 1940, ante la entrada de las tropas alemanas en París, Lam se ve obligado de nuevo al exilio, con un nuevo destino que será Marsella, donde encuentra a André Breton y a los surrealistas. Entonces realiza varias obras conjuntas y llena los cuadernos de dibujos realizados con tinta china diseñando figuras híbridas que muestran la liberación psíquica y formal a la que se aspira.

Cuadro tras el exilio a Marsella

Óleo sobre lienzo de Lam

Un año después, en 1941, tras haber pasado por dos exilios y dieciocho años en Europa, Wifredo regresa a la isla caribeña junto con André Breton. Al llegar se encuentra con una Cuba encabezada por Fulgencio Batista y caracterizada por la pobreza, corrupción y racismo. Lo que le lleva a reconstruir la concepción de identidad cubana para lo cual contará con la ayuda de Lydia Cabrera, Fernando Ortiz, Virgilio Piñera, José Lezama Lima y Aimé Césaire (poeta de la negritud, el cual también se impone contra el racismo y las jerarquizaciones de dominación cultural). 

Lam produce obras repletas de figuras esquemáticas, uniendo lo vegetal, lo animal y lo humano para reproducir la energía de los mundos espirituales, y toma de los etnólogos Lyidia Cabrera y Fernando Ortiz el concepto de "transculturación", definiendo su pintura como "un acto de descolonización", donde destaca la identidad social de Cuba y la suya personal, sobre todo. Una búsqueda de la cubanidad donde el escritor Alejo Carpentier también participa explorando en las tradiciones y la historia de la cultura africana en Cuba.

La Jungla (1943)


El Sombrío Malembo (1943)

En 1952 Lam vuelve a París, allí, es introducido a un grupo de artistas conocimos como CoBrA, con quienes realiza numerosas exposiciones. Dos años después, de la mano de Asger Jorn, Wifredo realiza un viaje a Albissola, una ciudad italiana situada en la costa norte, la cual era conocida por su destacada producción de cerámica. Ocho años más tarde se instala definitivamente en dicha ciudad y aquí produce cerca de trescientas cerámicas, cuyos símbolos recuerdan a sus obras plásticas. 

En 1972 realiza numerosos viajes y también empieza a trabajar en El nuevo Nuevo Mundo  de Lam, que se trata de un itinerario biográfico de cartografía onírico y social, el cual le lleva a construir una narrativa propia y personal.

La Maleza (1958)

Wifredo trabajando la cerámica y la terracota en el taller

 Obra de Wifredo Lam


Obre de Wifredo Lam 


Obra de Wifredo Lam

Finalmente, en 1982 fallece Lam tras haber terminado los grabados para su último libro, La Hierva bajo el pavimento, sobre un texto de Jean-Dominique Rey. 

Una de las veces que Lam regresó a París antes de instalarse definitivamente en Italia, conoció a su tercera y última mujer, Lou Laurin, una reconocida artista de Suecia, con la que contrajo matrimonio veintidós años antes de su muerte.

Wifredo con Lou Laurin

Referencias:
* Castillo Vázquez, J., 2003. Lam en Cuenca y la Cuenca de Lam, Ediciones de la Universidad de Castilla y la Mancha, Cuenca.

* Hu-DeHart, E., Cuando Oriente llegó a América. Contribuciones de inmigrantes chinos, japoneses y coreanos. Banco Interamericano de Desarrollo. Washington, D. C.
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Antumi Toasijé

Antumi Toasijé
Doctor en Historia, Cultura y Pensamiento

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