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Los atentados de Noruega, el racismo, la policía e Internet.

Por: Antumi Toasijé,
Director de wanafrika.org

Antes del espantoso crimen de Oslo, todos parecían convenir que Noruega era un paraíso en todos los sentidos, el económico, el social y mucho más en lo que respeta a tolerancia y al respeto a los Derechos Humanos. Behring Breivik (o Anders Breivik) es el principal sospechoso de haber matado al menos a 92 personas este viernes en Oslo. Asesinó, según ha reconocido a 85 de ellas, principalmente jóvenes del Partido Laborista (en el poder) en la isla Utoya, ubicada a unos 40 km al oeste de la capital noruega. Otras siete murieron como consecuencia de la explosión de un coche bomba en el barrio de Oslo donde se halla la sede del gobierno. Breivik según parece vinculado a la extrema derecha y que ha dejado un manifiesto de más de mil quinientas páginas, se considera un Cristiano anti-musulmán. El manifiesto titulado "Una declaración europea de independencia", describía como llevar a cabo el tipo de crímenes que acabó perpetrando. El manifiesto fue enviado por email a miles de personas, sin ningún tipo de consecuencias, puesto que Internet se está convirtiendo en un lugar para la impunidad racista, como ha declarado en innumerables ocasiones el presidente del Movimiento Contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.

Esteban Ibarra denuncia que el racismo
no deja de crecer en Internet
Tras el atentado se descubre que la policía noruega estaba sobre todo preparada para posibles ataques islamistas, nunca para un ataque de estas características. Esto se desprende de las extrañas declaraciones del primer ministro noruego, el laborista Jens Stoltenberg, afirmando que Noruega no tiene un problema con las organizaciones de extrema derecha. Vamos a considerar que estas palabras son producto del lógico estupor y conmoción ante un hecho tan traumático y sin precedentes. El caso es que el país de los Premios Nóbel, de Grieg, de Ibsen y vecino del de Stieg Larson (ya entenderán porqué lo digo) ha tenido por mucho tiempo y tiene un grave problema de racismo que estalló en la aparente forma de un desquiciado solitario, y que sin embargo oculta unas raíces mucho más profundas.

La sociedad Noruega está muy influida por el cristianismo luteranista evangélico, cuyos valores fomentan una moral pública austera y una cultura del trabajo y de la responsabilidad colectiva. También es una sociedad en la que "las formas" son fundamentales. Tal vez por eso no se destacaron los grupos de odio noruegos por un tipo de racismo estridente o de pancarta. Y aunque hubo en su momento manifestaciones pro nazis, la realidad ha venido siendo mucho más sutil y destructiva.

Desde 1915 Noruega al igual que otros países escandinavos, se destacó por ser uno de los primeros estados en aplicar la Eugenesia, mediante la esterilización de los elementos considerados socialmente "débiles" de forma planificada y oficial, sólo cuando se relacionó la eugenesia con la locura nazi, se modificaron sus principios y se modificó el desquiciado discurso pseudocientífico que la sustentaba. Sin embargo la eugenesia, de un modo u otro se siguió practicando hasta los años 70 del pasado siglo, utilizando la castración por recomendación médica de mujeres y hombres (extirpación total de ovarios o testículos), considerados mentalmente insanos, todo tipo de criminales sexuales y personas cuyo comportamiento no se ajustaba a la moral pública. No menos de 40.000 noruegos, cerca de uno de cada cien, sufrieron estas prácticas.

Las primeras cinco décadas del siglo XX fueron también las de la política asimilacionista contra los Sami, etnia del norte escandinavo, con ciertas reminiscencias de rasgos asiáticos, a la que se intentó eliminar culturalmente mediante una fuerte presión demográfica y cultural. En ese período eran comunes los estudios antropológicos sobre los Sami, (llamados peyorativamente Lapones), en los que se les considera genéticamente inferiores y un estorbo para el "progreso". Sólo en 1990 se empezaron a reconocer los agravios contra los Sami y sus derechos. Esta lucha contra la identidad cultural Sami configuró uno de los pilares del mito noruego de unidad racial.

Este tema de la unidad racial es clave. En el imaginario colectivo noruego se ha establecido que el período de ocupación alemana fue un episodio en el que los propios noruegos fueron influidos sólo en calidad de víctimas, y que por tanto el nazismo no podía haber arraigado en el país. Este es un mito que en Suecia ya contestó la famosa y millonaria en ventas, trilogía Millenium del fallecido escritor sueco Stieg Larson, quien por cierto escapó de la muerte en varias ocasiones por sus escritos en el magazine anti-racista Expo en el que declaró que el racismo será el principal problema de Escandinavia en los próximos años.

Sin embargo la huella del paso nazi sobre el país nórdico no ha sido menos profunda que en el caso de su vecina; la policía noruega es un evidente caso. El informe de la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) de 2008 hace algunos elogios y decenas de recomendaciones de mejora a la policía noruega, entre estas mejores está la de dejar de acosar a los grupos de migrantes, vigilar con más celo las actividades racistas en Internet y tomar más en serio las denuncias sobre racismo.

Eugene Ejike Obiora, muerto a manos de la policía noruega.
Claro que estas recomendaciones van a tener poco efecto mientras la policía noruega siga siendo un nido del neofascismo. La muerte ocasionada por ahogamiento en 2006 del ciudadano noruego de origen nigeriano Eugene Ejike Obiora a manos de la policía, y la subsiguiente declaración oficial de no responsabilidad puso de manifiesto estos problemas. Un oficial implicado en los hechos fue también responsable de abusos sobre la persona de Sophia Baidoo una trabajadora de origen Ghanés, detenida sin ningún motivo, humillada e insultada mientras limpiaba en el banco donde trabajaba, en 1999.

Arresto de Sophia Baidoo

Según denuncian los usuarios en Internet: La po­li­cía de No­rue­ga es xe­no­fó­bi­ca y tra­ba­jó du­ran­te to­da la gue­rra fría con las ban­das de neo­na­zis al ser­vi­cio de las ac­ti­vi­da­des po­li­cia­les pa­ra per­se­guir co­mu­nis­tas. Los Sin­di­ca­tos de la Po­li­cía de No­rue­ga per­te­ne­cen a la ex­tre­ma de­re­cha neo­na­zi y es­tá con­tro­la­da por los neo­na­zis de "Avan­za­da Na­cio­nal".

A medida que avancen las investigaciones sobre el caso de la matanza de Oslo, iremos escuchando que su autor es un desequilibrado mental, que actuó en solitario y que el ataque terrorista es "un caso aislado". Sin embargo cuando actúan otro tipo de terroristas como los extremistas islamistas, se activan convenientemente todas las alarmas y se azuzan todos los miedos. ¡Europa, despierta! El racismo es una ideología política letal, no una simple práctica producto de "la ignorancia", los ataques racistas se cuentan por centenares en todo el continente, no son  hechos aislados. Los grupos neonazis campan a sus anchas por Internet y por las policías de la mayoría de países de Europa. Acciones como la de Breivik deben ser entendidas como la punta del iceberg que amenaza con hundir el transatlántico Europeo de la convivencia y los Derechos Humanos.

Para saber más:

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1 comentario:

  1. Observadores vecinales denuncian controles policiales de identidad "racistas"

    http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=887417

    Lamentablemente yo he visto al menos 5 veces durante los ultimos 3 meses, que el metro de Madrid solo preguntan por los papeles a posibles inmigrantes de piel más oscura.

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Antumi Toasijé

Antumi Toasijé
Doctor en Historia, Cultura y Pensamiento

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