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Guinea Ecuatorial: I Have a Dream (yo tengo un sueño)
Por: Jeffrey Abé Pans
"Los europeos dejaron bien inculcada en África una lección que los africanos habían aprendido a su costa: que la fuerza de las armas es el último y definitivo recurso para la conquista del poder. Ni la fuerza de las razones, ni la convergencia de los deseos de la mayoría de ciudadanos, ni los votos, ni las tradiciones, ni el parecer de los ancianos podían con la lógica aplastante de un aplastante poder militar".
Libro: África, pecado de Europa
Únicamente enlazando el presente de Guinea Ecuatorial con su pasado, entenderemos que Teodoro Obiang es la repetición de un primer error: Francisco Macías (que a su vez fue la repetición del verdadero primer error: el colonialismo europeo). Este es el punto de partida.
Para comprender el estancamiento de los Estados africanos sumidos en una dictadura (Guinea Ecuatorial), es absolutamente crucial analizar el papel que juegan las élites africanas gobernantes que dirigen sus países con mano de hierro. No es ninguna casualidad que Frantz Fanon, leyenda admirada en todo el continente negro y por todos los pueblos oprimidos del mundo, dedicase tanto tiempo en su libro Los condenados de la tierra (obra maestra de la descolonización) a definir el rol que ejercen las burguesías africanas que progresivamente fueron ocupando el poder en sus respectivos países tras lograr la anhelada libertad.
Desde que Guinea Ecuatorial obtuvo su Independencia, tanto Francisco Macías Nguema como Teodoro Obiang Nguema, los dos hombres que hasta la fecha han ocupado el poder, han basado el crédito de sus respectivos gobiernos en un nacionalismo africanoabsolutamente distorsionado.
Como todos sabéis, el movimiento conocido como Négritude (la Negritud), desarrollado principalmente por Léopold S. Senghor, Aimé Césaire y Léon Damas, es la corriente de exaltación de los valores culturales de los pueblos negros por excelencia, por lo tanto, y puesto que comparten una misma razón de ser – defender la validez de nuestra idiosincrasia-, es lógico pensar que nacionalismo africano y Negritud son dos conceptos que se relacionan y deberían ir inevitable e íntimamente ligados. Según mi punto de vista, el problema surge cuando esto no sucede y el patriotismo promovido por Macías –primero- y Obiang –después-, no está encaminado a asociarse con la Negritud. Es el caso de Guinea Ecuatorial, país en el que hasta la fecha no se han dado las condiciones sociales idóneas para desarrollar desde las instituciones un nacionalismo africano sincero que abrace el concepto de la Negritud. ¿Por qué? Porque la aprehensión de la Negritud es una de las fases que va a conducir al pueblo negroafricano oprimido a su liberación. Y vuelvo a repetir… ¿por qué? Porque Negritud es conocimiento, conocimiento es conciencia, conciencia es cultura y cultura es libertad.
Pero volvamos con Frantz Fanon. En Los condenados de la tierra, Frantz dedica a esas burguesías africanas que mantienen a sus pueblos oprimidos frases tales como "El dirigente apacigua al pueblo" o "El dirigente detiene al pueblo y se dedica a expulsarlo de la historia o a impedir que penetre en ella". No tengáis ninguna duda de que tanto Francisco Macías como Teodoro Obiang y su gobierno pertenecen a dichas burguesías (a las que Fanon califica como "los verdaderos traidores de África"). Apliquemos las palabras de Fanon a la situación de Guinea Ecuatorial para comprobarlo. Efectivamente, creo que el psiquiatra martiniqueño tiene razón al afirmar que "el dirigente apacigua y detiene al pueblo"; es algo tan sencillo de entender si contextualizamos la situación de Guinea Ecuatorial en el marco de una dictadura, que resulta innecesario que me explaye en este punto.
La frase realmente relevante es "El dirigente detiene al pueblo y se dedica a expulsarlo de la historia o a impedir que penetre en ella". Aquí sí que considero importante detenerse y aportar algunos ejemplos, para demostrar hasta qué punto la situación actual de Guinea Ecuatorial concuerda absolutamente con la situación de los países africanos oprimidos por el neocolonialismo descrita en Los condenados de la tierra por Frantz Fanon.
Considero que el gobierno de Obiang se dedica a "expulsar de la historia" al pueblo guineoecuatoriano en la medida que la mayoría de personas que muestran divergencias ideológicas con el sistema establecido en la sociedad guineoecuatoriana viven marginadas, han sido asesinadas o se han visto forzadas a abandonar el país. Paralelamente, opino que el gobierno de Obiang impide que el pueblo de Guinea Ecuatorial "penetre en la historia", dado que prohíbe entrar a su tierra a ciertos guineoecuatorianos (sobre todo a aquellos que tienen la capacidad para describir lo que está pasando, y lo más importante: la integridad moral para denunciarlo).
El hecho de que no se promueva la lectura (y no por falta de medios económicos o por ausencia de referentes intelectuales) denota el poco interés en dotar a la sociedad de conocimientos sobre su propia historia, o simplemente de dotar a la sociedad de conocimientos, por lo tanto también se cumple la premisa de que "El dirigente apacigua al pueblo". Teniendo en cuenta las palabras del filósofo español Miguel de Unamuno al afirmar que "Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee", y valorando la restricción literaria impuesta por las instituciones de Guinea Ecuatorial (que implica la imposibilidad de tener acceso a cualquier libro que ponga en tela de juicio la eficacia de la actividad política del régimen nguemista), llego a la conclusión de que flaco favor hacen determinados libros que las instituciones ponen al servicio del pueblo. La sociedad guineoecuatoriana, debido al régimen dictatorial que la somete, está leyendo potencialmente menos, luego aquello que lee representa un mayor peligro, puesto que los lectores sólo están interiorizando una única visión de la historia (siempre que la lectura esté vinculada a la historia de Guinea Ecuatorial).
De la misma manera, considero oportuno citar la frase "Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído" del escritor José Luis Borges. La frase del escritor argentino nos indica el grado de influencia que puede tener la lectura (y los conocimientos que a través de ella incorporamos a nuestra conciencia) en la identidad de las personas.
El hecho de que tanto la enseñanza como la oferta literaria existente en el país estén en total sintonía con la ideología del régimen opresivo que gobierna, implica que los guineoecuatorianos tengan vetado el conocimiento de determinados episodios de la historia de África (y de Guinea Ecuatorial), algo realmente negativo, ya que de no ser así, las personas tendrían, a través del conocimiento, el estímulo necesario que les conduciría a una profunda reflexión cuyo resultado sería la reinterpretación de su existencia. No una reinterpretación en relación a su ser, sino sobre la situación sociopolítica de su país. Ni me imagino la trascendencia que podría suponer la lectura de un libro como Los condenados de la tierra de Frantz Fanon para cualquier guineoecuatoriano ávido de conocimiento que no se haya planteado seriamente con anterioridad la situación social de su país.
Ciñéndome a las palabras de Borges, mi teoría es la siguiente: dado que "uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído", y valorando que a los guineoecuatorianos se les impide leer cualquier libro que les pueda inducir a reflexionar sobre la situación sociopolítica en la que viven, llego a la conclusión de que en la medida que los guineoecuatorianos tengan pleno acceso a la verdadera historia de su continente y país, ellos mismos van a empezar a escribir (ahora sí) las páginas más gloriosas de La República de Guinea Ecuatorial.
Hay que tener en cuenta que lo importante no es sustituir a un presidente por otro, dado que existe el riesgo de que el sucesor vuelva a dirigir el país según los parámetros de un Estado dictatorial. El mejor ejemplo es el "cambio" Macías – Obiang. Por lo tanto, el objetivo verdadero no es cambiar de presidente (que también), sino modificar la estructura social en su conjunto. Independientemente de la persona que ocupe el poder, lo importante es crear una sociedad libre, en la que haya un pluripartidismo auténtico, se acepte la diversidad de opinión, en la que los partidos políticos estén al servicio de los ciudadanos, etc.
No es ningún secreto la dependencia que tienen las instituciones de un Estado dictatorial respecto al régimen que gobierna el país. De todas ellas, la institución más vinculada al régimen opresor es el ejército. En este sentido, las fuerzas armadas de Guinea Ecuatorialno son una excepción, por lo que tienen por delante una tarea nada fácil: su reconversión. En efecto, no es algo sencillo, ya que una reconversión del ejército sólo se va a producir en la medida que la sociedad guineoecuatoriana, en su conjunto, se reestructure. Frantz Fanon define en Los condenados de la tierra, la que para mí es la interpretación correcta del papel del ejército: "El ejército no es nunca una escuela de guerra sino una escuela de civismo, una escuela política. El soldado de una nación adulta no es un mercenario, sino un ciudadano que defiende a la nación por medio de las armas. Por eso es fundamental que el soldado sepa que está al servicio del país y no de un oficial, por prestigioso que éste sea." ¿Hasta qué punto consideráis que la definición de Fanon se ajusta a la función del ejército guineoecuatoriano?
Puesto que "los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetir sus errores" y a los guineoecuatorianos históricamente se les ha impedido (e impide) conocer la suya, el tercer error ya está esperando su próxima ascensión al poder. Definitivamente, valorando la situación que ha acarreado el golpe de Estado llevado a cabo por Obiang, y profundamente marcado por la frase de Mahatma Gandhi "Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia", considero que sería un error utilizar las armas para poner fin a la dictadura en la que actualmente está inmersa Guinea Ecuatorial. El pueblo guineoecuatoriano ha visto demasiada violencia como para volver a caer por tercera vez en el mismo error.
¿Os acordáis del párrafo con el que he empezado el texto? Pues concluyo el escrito con el deseo de que "la fuerza de las razones, la convergencia de los deseos de la mayoría de los ciudadanos, los votos, las tradiciones y el parecer de los ancianos", sea lo que nos permita alcanzar aquello que Martin Luther King llamó "la tierra prometida", que no es otra cosa que nuestro sueño: la libertad.
Etiquetas:
África, Artículos, Guinea Ecuatorial, Jeffrey Abé Pans, negritud
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