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Crisis en Catalunya: El ying-yang español
Por: Mohamed Jalloh Boboh
España, un lugar más que increíble, más no puede haber. En mi vida había visto un pueblo que habla mal de su propio país. Descubrí eso el mismo día que puse pie aquí. "Bienvenido al peor país del mundo". Éstas fueron las palabras textuales de uno de los españoles que me recibieron. Aquellas palabras no me alteraron, ni me confundieron, pues sabía de sobra que nada ni nadie le quitaría el puesto del peor país del mundo a mi país natal. Por eso, cuando aquel español dijo que España es el peor, me limité a sonreír como un tonto.
España, un lugar más que increíble, más no puede haber. En mi vida había visto un pueblo que habla mal de su propio país. Descubrí eso el mismo día que puse pie aquí. "Bienvenido al peor país del mundo". Éstas fueron las palabras textuales de uno de los españoles que me recibieron. Aquellas palabras no me alteraron, ni me confundieron, pues sabía de sobra que nada ni nadie le quitaría el puesto del peor país del mundo a mi país natal. Por eso, cuando aquel español dijo que España es el peor, me limité a sonreír como un tonto.
El autor en el puerto de Tarragona
Sin embargo, a partir de aquel momento, se despertó una curiosidad en mí, la de ver, o la de llegar a comprender el motivo por el cual alguien, que no es sierra leonés ha podido llegar a creer que su país es el peor del mundo. En este caso; España. No transcurrió mucho tiempo antes de que yo empezara a comprender el misterio.
Lo que pasa es que en España, o mejor dicho, a los españoles les gusta hablar mal de España. Hasta aquel que no conoce mundo te dirá que España es el peor país de la Tierra. También he notado que el extranjero que lleva tiempo viviendo aquí podría llegar a contaminarse con este hábito típico de los españoles, el de hablar mal de España. No obstante, todos los españoles se enfadan si un extranjero expone la más mínima crítica contra España.
Cierto, transcurrieron muchos años, antes de que descubriera que a los españoles no les agrada que un extranjero hable mal de España. De hecho, antes de descubrir eso, había yo llegado erróneamente a la conclusión de que los españoles de nuestro tiempo son el pueblo menos patriótico del mundo. Incluso, menos patriótico que los pueblos de mi país natal, pues ahí las cosas estaban tan mal, que es imposible no odiar a tu país. Quizás por eso, no podría colocar a mi país natal en aquel puesto de: "los menos patriotas del mundo".
Sin embargo, la actualidad ha revelado otro misterio de los españoles desconocido (al menos por mí). Solo hay que dar una vuelta, o varias por las redes, y uno verá que los españoles están muy cabreados. No se trata de un enfado absurdo, baladí... Me refiero a ese enfado monumental que brota del alma de un patriota cuando algo te toca la moral de su queridísima patria. Los españoles están enfados, pero que muy enfadados... y cuando digo españoles, me refiero a todos, gallegos, murcianos, valencianos, catalanes, madrileños...
En fin, hace bastantes años atrás, descubrí que a los españoles les gusta hablar mal de España. Y estos días, estoy descubriendo que los españoles pueden defender como nadie esa misma patria sobre la cual gustan echar tantas pestes. Mi conclusión ante estas rarezas de este país increíble, es que nunca podemos llegar a entender que pasa entre los españoles y la tierra que es España.
Quizás, algo tiene que ver el yin y el yang español.
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