Inadmisible: condenan a 200 latigazos a pareja por tener hijo fuera del matrimonio

Por: Antumi Toasije

Director de: Wanafrika.org

Como consecuencia de ser armados por Gadafi en la defensa de Libia contra el imperialismo Occidental, los Rebeldes Tuareg se han hecho con el norte de Malí. Esta situación que provocó en su día un golpe de estado y es causa de una crisis humanitaria que afecta a millones de personas es paradigmática por dos cuestiones: en primer lugar es un ejemplo de lo que sucede debido a la debilidad estructural y militar de muchos países africanos y la ineficacia y anquilosamiento de la Unión Africana. En segundo lugar refleja el desconocimiento de la situación africana que se tiene en el mundo; son pocos los que saben en este caso a qué bando defender. Es evidente que existe una nación Tuareg y que históricamente ha sido ninguneada por el régimen de Bamako, ahora bien por mucho que se empeñen algunos esta no es una rebelión romántica.

Los sucesivos gobiernos de Malí habían, a lo largo de décadas luchado por la defensa de los Derechos Humanos en el contexto de la tradición africana más productiva, mucho más que la mayoría de los países de la región. Se tiene que saber que la opción desesperada de un mundo que se apaga basado en valores a menudo incompatibles con el África contemporánea no es lo mismo que la defensa de la identidad cultural y nacional de un pueblo. El esclavismo persistente, un feudalismo antiafricano, el peor de los machismos y el radicalismo religioso impenitente no puede ser evaluados con el relativismo cultural. El África actual debe estar frontalmente en contra del tipo de sociedad que quiere imponer Al-Qaeda en la región. Como muestra el vídeo inserto los rebeldes radicales Tuareg están imponiendo la Sharia en sus áreas de control. Estos días ha trascendido el sistema de castigos que ejecutan sobre los transgresores de la Ley islámica interpretada con total rigurosidad.

En definitiva, los Touareg más radicales, que son los que lideran la revuelta, representan todo aquello contra lo que los panafricanistas luchamos y son lo contrario a todo aquello en lo que creemos. Urge que la Unión Africana tome medidas de fuerza para reestablecer la legalidad en Malí.