Guinea Ecuatorial: Obiang lo quiere dejar todo "atado y bien atado"

Por Antumi Toasijé

Historiador, Director de Wanafrika.org

Tras los sucesos de la denominada "Primavera Árabe", que tal vez debería denominarse primavera Norteafricana ya que en el resto de países de tradición Árabe donde se ha alzado el pueblo no ha habido todavía una "primavera", tras esos sucesos, decía, sólo le quedan dos opciones a los autócratas y dictadores, o se alinean con Occidente o se arriesgan a ser barridos por Sarkozys, Obamas y otros defensores de la libertad prefabricada. Una forma de alinearse con Occidente es simular ser demócratas y regalarles los recursos del país.

El decano de los dictadores de nuestro Continente una vez desaparecido Gadafi, Teodoro Obiang Nguema, lo sabe bien y quiere "nadar y guardar la ropa" como dicen en España. Pero no es fácil. Todo el mundo conviene que Teodorín es la persona menos preparada de Guinea Ecuatorial y de parte del resto del planeta para gobernar un país, pero Teodoro Obiang y con toda seguridad un familiar muy cercano a él, se han propuesto lograr hacer de Teodorín un nuevo vástago dinástico. Esto se está convirtiendo lamentablemente en una tradición, Sin embargo para lograrlo se debe revestir la parodia de reforma democrática, un capítulo más de un "ensayo democrático" que ya dura demasiado.

Teodoro Nguema Obiang
Gracias a la reforma será el futuro Presidente de Guinea Ecuatorial

Quien sabe, a estas alturas ya duda uno de todo, tal vez sea eso mejor que ver las calles de Malabo y Bata sembradas de cadáveres por los bombardeos de la OTAN. Y es que en África siempre se está entre la espada (de Occidente) y la pared (de nuestros propios tiranos). Europa, sobre todo cuando se enfrenta a sus propias crisis se vuelve inteligentemente carroñera. Que duda cabe que las revueltas norteafricanas acabaron con tres dictadores inefables, pero ¿a qué precio? A finales del siglo XIX cuando las potencias occidentales se repartieron alegremente África afirmaron hacerlo para dar a los "nativos" los "beneficios de la civilización, y avanzar en su estado moral y material, así como combatir la esclavitud". La conferencia en realidad dio paso a una brutal invasión con centenares de miles de víctimas y la posterior esclavización durante decenios de cientos de millones de africanos y africanas, el robo de toda clase de materias primas y la destrucción de la identidad, política, cultural y religiosa de grandes regiones del Continente.

Obiang teme acabar así, y no le faltan razones.

Si la población vota a favor o en contra mañana o si acuden o no a votar, no tendrá ninguna importancia. Vaticino ya una victoria del "sí" superior al 80%, ya sea por coacción, hipnosis colectiva o, lo que es más probable fraude descarado. Esta es una operación cara a la galería que le dice a los amos de Europa y Norteamérica que Obiang "mueve ficha" al tiempo que, al igual que Francisco Franco, lo deja todo "atado y bien atado". La reforma se vende como una limitación del mandato del Presidente (que podrá reinar y digo reinar catorce años más) pero la verdadera operación que no se le escapa a nadie es la posibilidad de colocar como primer ministro a quien se le antoje, y todos sabemos que este será su primogénito.

Así que si nadie le pone remedio a la cuestión política en Guinea Ecuatorial, gracias a la reforma un señor como Teodoro Nguema Obiang será su futuro Presidente. El observador panafricanista, si es demócrata, ve estas cuestiones morales y puede enloquecer: por una parte desea la libertad de sus hermanos y hermanas, por otra parte no quiere ver otra vez a un líder africano, dictador o no, criminal o no, acabar brutal y deshonrosamente linchado por una turba teledirigida por Occidente que deja regueros de cadáveres de compatriotas a su paso. Porque siempre hay que tener presente que la libertad puede ser y va a ser instrumentalizada por los ávidos buitres de las Relaciones Internacionales y esto seguirá siendo así mientras África no se una y resolvamos nosotros, y sólo nosotros, nuestros propios problemas.