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La independencia también fue afrodescendiente
Por: Esther Pineda, socióloga
La historia pasada de las y los afrodescendientes no ha sido contada, menos aún su historia inmediata; nos dicen que: la historia la cuentan y la escriben los vencedores, sin embargo, es posible cuestionar el hecho de que quienes hasta ahora han contado nuestra historia han sido vencedores, pues para vencer es necesario combatir en condiciones de igualdad.
Los descendientes de africanos a lo largo del proceso histórico social no han tenido esa oportunidad, por ello, la historia que conocemos ha sido definida y transmitida por los hombres, eurodescendientes y detentores de recursos económicos; así mismo, esa historia que desconocemos también ha sido ocultada, invisibilizada y minimizada por ellos.
El proceso histórico latinoamericano, tradicionalmente se constituyó en torno a las premisas establecidas por los europeos quienes monopolizaron el poder político y económico de estas tierras por ellos explotadas. No obstante, el movimiento pre independentista se inicia con los africanos y sus descendientes, como revueltas producto del descontento popular e insatisfacción por las condiciones de vida a la que fueron sometidos, como sublevación ante el orden social establecido cuyo criterio por excelencia fue la explotación y comercialización del otro.
A propósito de la celebración del Bicentenario, se hace necesario visibilizar que el proceso independentista ha sido uno de los múltiples episodios de nuestra historia que fue secuestrado y monopolizado por los descendientes de europeos, quienes se definieron como únicos lideres y héroes del proceso emancipatorio de la dominación esclavista que se gestaba en América.
La independencia de nuestros países latinoamericanos y específicamente de Venezuela ha sido transmitida a través de la historia oficial, escrita y el relato oral como un proceso generado, establecido y desarrollado por los eurodescendientes nacidos en nuestro país, impulsados a liberar a sus habitantes del yugo opresor europeo. Sin embargo, la independencia no persiguió la liberación de todos los individuos constitutivos de la sociedad, por el contrario, quienes exigían el cese del control europeo en América Latina, tuvieron como propósito la exención de su clase social, hacerse acreedores y detentores del poder político, como así mismo, monopolizar los recursos y las ganancias íntegras generadas a partir de su explotación, las cuales hasta el momento se habían mantenido en manos europeas.
No obstante, en el proceso de transmisión de la historia se obvió la contribución, influencia y activa participación de los africanos y sus descendientes, esclavizados o libertos en el proceso de emancipación de los europeos. La resistencia en nuestro continente fue europeizada y masculinizada, el liderazgo, heroísmo y escaso reconocimiento otorgado por una sociedad excluyente fue monopolizada por el varón blanco, la participación de los africanos y sus descendientes en el proceso desarticulador de la autoridad y poder del sistema esclavista fue invisibilizada y distorsionada.
Las mujeres africanas y sus descendientes de la América colonizada y el Caribe también participaron activamente en los alzamientos de esclavos y cimarrones expresión del descontento popular y detonantes de movimientos pre independentistas, se hicieron presentes en las lucha independentistas, en medio de la batalla, el enfrentamiento, tomando las armas, como combatiente, sin embargo, su resistencia fue desvalorizada, como así mismo, reproducida y trasmitida a través de la documentación oficial y el relato oral como intervención protectora de los hombres en batalla, orientada a la preparación de sus comidas, la limpieza, reparación de sus ropas, como de igual forma al servicio del cuidado y atención de sus heridas.
Por esta y múltiples razones es posible afirmar que la independencia no ha concluido; los pueblos de América Latina han buscado la independencia, y algunos de ellos la han conseguido, empero, ha sido una independencia política, territorial, unas pocas veces económica, pero en la cual nuestros países latinoamericanos no han alcanzado una independencia experiencial.
Los descendientes de africanos en América no hemos sido emancipados del yugo colonizador esclavista europeo, hecho a evidenciar al continuar sometidos a una historia y experiencia dominadora, que se ha definido como nuestra pero de la cual hemos sido excluidos, en la cual permanecemos irreconocidos; no obstante, pese a lo que cuenta la historia, la independencia también fue afrodescendiente…
Etiquetas:
Diáspora, Esther Pineda, Historia
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