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Guinea Ecuatorial: Donde todavía reina la opresión, por Desmond Tutu


El arzobispo Desmond Tutu, activista antiapartheid y Premio Nóbel de la Paz, afirma que el pueblo de Guinea Ecuatorial necesita justicia, no un premio de 3 millones de dólares a la ciencia, financiado por su presidente.


Desmond Tutu arzobispo de la iglesia anglicana de Sudáfrica

Durante el último año, el mundo ha observado con gran interés cómo la primavera árabe ha disuelto décadas de represión. Ciudadanos cansados de la injusticia se han puesto en pié y han exigido el control de sus destinos. Me gustaría que la gente oprimida de todas partes en África pudiera beneficiarse de los espectaculares cambios de que estamos siendo testigos en el Norte de África.

El pueblo de Guinea Ecuatorial, por ejemplo, un país rico en petróleo, donde tienen el líder que más tiempo lleva en el poder de todo el continente, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, ha sufrido décadas de represión, y muchos siguen viviendo sumidos en la pobreza, a pesar de la considerable riqueza del país en recursos naturales. Torturas, asesinatos extrajudiciales, detenciones arbitrarias y hostigamiento a periodistas y grupos de la sociedad civil están bien documentados por la ONU y otras fuentes.

Acusaciones creíbles de corrupción de alto nivel –incluido el presidente Obiang y su hijo mayor- son objeto de investigaciones judiciales por todo el mundo. Mientras tanto, el gasto en educación es muy bajo, incluso comparado con otros países africanos que han sido menos bendecidos con recursos naturales que Guinea Ecuatorial.

En febrero, el gobierno del presidente Obiang impuso un bloqueo informativo sobre las protestas políticas en el Norte de África, y después denegó a sus propios ciudadanos el derecho de celebrar una manifestación pacífica.

A pesar de este pésimo historial, en 2008 la UNESCO decidió fundar un premio a la Ciencia financiado por el presidente Obiang y con su nombre, con el objetivo de “mejorar la calidad de la vida humana”. La UNESCO suspendió este premio en octubre de 2010, después de que una abrumadora cantidad de ecuatoguineanos, grupos de derechos humanos, organizaciones para la libertad de prensa, grupos anticorrupción, profesionales de sanidad pública, escritores prominentes y prestigiosos científicos de África y de todo el mundo expresasen su indignación por dicho premio.

Yo mismo, en solidaridad con el pueblo de Guinea Ecuatorial, me uní a este esfuerzo. En una carta dirigida a la UNESCO, en junio de 2010, expresé mi preocupación por el premio y recordé que la dotación de 3 millones de dólares del premio Obiang de la UNESCO debería utilizarse en beneficio del pueblo de Guinea Ecuatorial –al que se han robado estos fondos- en lugar de para glorificar a su presidente.

Ahora, menos de un año después, cuando da comienzo la sesión 187 del Consejo Ejecutivo de la UNESCO, la organización está considerando revisar su decisión de octubre de 2010 de suspender el premio indefinidamente. A principios de este mes de septiembre, se presentó una propuesta para reinstaurar el premio, en nombre de la Unión Africana, que el presidente Obiang preside en la actualidad. La solicitud ha sido incluida en la agenda de la reunión ejecutiva de la UNESCO y podría ser debatida ya el 29 de septiembre.

En numerosos discursos ante audiencias internacionales, muchos de ellos como presidente de turno de la Unión Africana, el presidente Obiang ha expresado su compromiso con la democracia, los derechos humanos y el buen gobierno. Sus palabras, sin embargo, suenan vacías ya que a menudo no se aplican dentro de su propio país.

En su discurso de esta pasada semana ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente Obiang defendió que la democracia “debe evolucionar en armonía con la cultura local de cada país”. Desgraciadamente, los ciudadanos de Guinea Ecuatorial nunca han tenido unas elecciones libres y justas, mediante las cuales podrían elegir su propio destino, o dar forma a una democracia de acuerdo con sus valores.

Mientras que acojo con satisfacción la decisión del presidente Obiang de liberar a 22 presos políticos, en junio de 2011, durante una ceremonia para conmemorar su nacimiento, debemos recordar que el sistema judicial de su país carece de independencia y el estado de derecho es muy débil y violado a menudo. El año pasado, el gobierno de Guinea Ecuatorial ejecutó a cuatro de sus propios ciudadanos después de secuestrarlos en Benín, y retenerlos en una prisión secreta, sin permitirles acceso a abogados ni a sus familias, y denegándolos el derecho a apelar la decisión del tribunal, o incluso contactar con miembros de sus familias antes de su muerte, que tuvo lugar menos de una hora después de que concluyera el juicio sumario militar.

Después de su discurso en junio de 2010, en el Foro Global, de Ciudad del Cabo, en Suráfrica, donde el presidente Obiang expresó su compromiso con un programa de cinco puntos de transparencia y reformas políticas, legales y económicas, le alenté a seguir adelante con sus promesas y le ofrecí mi ayuda en todo lo que pudiera.

En cambio, por desgracia, me encuentro todavía expresando mis objeciones al premio UNESCO-Obiang.

Es una lástima que el tiempo y recursos gastados por el presidente Obiang para crear el premio no estén dirigidos a la implementación de las reformas de las que habla regularmente. El presidente Obiang debería concentrar sus esfuerzos en reconvertir Guinea Ecuatorial en una democracia abierta y respetuosa con los derechos, que se adapte a estos tiempos.

Desmond Tutu

Artículo publicado el 27 de septiembre de 2011 en Think Africa Press .
Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

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Antumi Toasijé

Antumi Toasijé
Doctor en Historia, Cultura y Pensamiento

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