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No todo afrodescendiente es negro

Por: Esther PinedaSocióloga.

Si bien podemos considerar como un logro la inclusión de la variable de reconocimiento étnico en el censo de población 2011 de Venezuela, parece imposible no mostrarse escéptico(a) respecto a los posibles resultados erróneos que arroje ésta medición.

En nuestro país (Colombia) el tema de la afrodescendencia se encuentra aún visiblemente vedado e intercepto por el desconocimiento, su consideración en términos políticos, y la negación como producto de la marcada influencia que el mestizaje dejó en el imaginario colectivo.

Así, los diferentes agentes socializadores enseñaron a rechazar “lo negro”, institucionalizándose como “adecuado” reconocerse como mestizo (que acerca un paso más a lo europeo idealizado), antes que reconocerse como descendiente de africano (que aleja del “progreso” alcanzado a partir de la intervención colonizadora).

En una sociedad como la nuestra en la cual producto de una experiencia histórica oligarca al servicio de los intereses colonizadores y por tanto ajenos, como a su vez inserta en una economía capitalista explotadora y denigrante de la diferencia, fuimos inundados con una multiplicidad de imágenes y concepciones distorsionadas sobre África y la africanidad; imágenes e ideas reforzadoras de una ideología del desprecio y del olvido, las cuales posibilitarían el oportuno desvío de atención de las trasgresiones ejercidas contra el pueblo africano y la despiadada expoliación de sus recursos.

Estos hechos en su conjunto profundizarían la dificultad y renuencia en nuestro pueblo de reconocerse como afrodescendientes. No obstante, es bien sabido por todos(as) que en la organización jerárquica de nuestra sociedad los más pobres y vulnerables históricamente han sido aquellos más oscuros de piel.

Será por ello que el real auto-reconocimiento de la afrodescendencia en este censo permitirá la emergencia de políticas publicas de diferenciación positiva y reconocimiento en pro de aquellos a quienes históricamente se les hubo negado el acceso a oportunidades sociales; por el contrario, la negativa al auto-reconocimiento de la ascendencia africana por parte de la población de nuestro país tendría como desenlace una década más de exclusión e inequidad.

Ahora bien, sin duda deben ser reconocidas y valorizadas las iniciativas del Instituto Nacional de Estadística (INE) y sus campañas de promoción al auto-reconocimiento, sin embargo, éstas más que ayudar a identificar la afrodescendencia podrían contribuir significativamente a reducirla a la negritud.

Nos proporciona entonces ésta campaña algunos aspectos que pudieran ayudar en el proceso de reconocimiento, entre las cuales hacen referencia como criterios de identificación: tener el cabello rizado, piel fuertemente pigmentada, adhesión a  religiones de origen africano, como así mismo, la realización de comidas, cantos, bailes y peinados pertenecientes a ésta tradición.

No obstante, estos elementos solo contribuyen a desorientar más aún al afrodescendiente en proceso de reconocimiento, pues si bien efectivamente éstos son algunos entre múltiples elementos constitutivos de la africanidad no lo son todos.

Producto del proceso de colonización y transculturización que ésta trajo consigo, una gran proporción de afrodescendientes perdieron el vinculo con sus tradiciones, inclusive en la actualidad, muchos de aquellos reconocidos como afro venezolanos desconocen o no hacen práctica activa de la cultura africana, como de igual forma, una gran proporción de individuos ajenos a la cultura africana  y a la afrodescendencia han de practicarla; peinados, música y comidas pueden consumirse como producto de la influencia de mercado, o la llamada emergencia de la globalización, sin que implique un verdadero vínculo cultural.

Además, no todo afrodescendiente posee piel fuertemente pigmentada, por ello se hace necesaria la profundización de los esfuerzos y la colocación del énfasis en procesos educativos que permitan al individuo dilucidar y distinguir entre lo que me atrevería a denominar afrodescendencia visible (aquella en la cual los rasgos fenotípicos y pigmentarios de origen africano son explícitos) y la afrodescendencia imperceptible (la de aquellos que poseen un origen africano pero que producto del proceso de mestizaje la visibilidad de sus rasgos y facciones se ha difuminado).

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Antumi Toasijé

Antumi Toasijé
Doctor en Historia, Cultura y Pensamiento

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